El océano es perfecto y precioso. Hay momentos de calma serena y quietud celestial y hay momentos de tormentas con oleajes inmensos donde parece no haber un mañana, cuyos vientos huracanados podrían hacer estremecer al mas aguerrido marinero.
Es así. Es la naturaleza del océano.
Es como es y no se le puede cambiar, justo por eso, por que asumimos que no se le va a poder cambiar, lo aceptamos tal y como viene. A nadie se le ocurre culparlo, demonizarlo ni responsabilizarlo de nada.
El océano crece, sube , baja, se mueve, es inmenso y poderoso. lo abarca todo y no se puede contener su naturaleza libre y variable.
¿Te imaginas al océano creyéndose erróneo o inadecuado por tener olas de siete metros?
¿Te imaginas al océano queriendo ser PISCINA para estar contenido y creer así que tiene el control?
Nuestras emociones son como el océano.
Míralas del mismo modo que miras al océano.
El movimiento interno solo significa una cosa: ¡Estás vivo!
Seamos océano.
Javier Riestra Puga
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